Bakú, 9 de agosto, AZERTAC

Además de leer libros o hacer el crucigrama, una dieta sana puede fortalecer el intelecto. Los investigadores de la Universidad de Missouri lo están demostrando.
Científicos estadounidenses han descubierto que existe una forma sencilla y eficaz de protegerse contra una dolencia que no tiene cura conocida, informa AZERTAC refiriéndose a MedikForum. Hablamos de la enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia. Las investigaciones han demostrado que una dieta adecuada, que contenga cantidades óptimas de proteínas, grasas e hidratos de carbono, puede retrasar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer o incluso prevenirla. Un ejemplo de esto, en particular, es la historia de la familia Rachelski, que incluso tuvo un programa de televisión entero sobre ella. En 2016, Mary Rachelski se enfrentó a un diagnóstico formal de deterioro cognitivo moderado, que posteriormente se transformó en enfermedad de Alzheimer.
La pareja visitó a muchos especialistas diferentes que les dijeron que no había cura para la pérdida de memoria. Sin embargo, Mary y Andy no se rindieron, empezaron a investigar por su cuenta y encontraron a un médico que les recomendó un enfoque dietético. Les aconsejó que dejaran todo lo que produjera mucho azúcar en el cuerpo, un efecto que es particularmente común después de consumir alimentos procesados. Ahora la nevera de la pareja está literalmente repleta de frutas, verduras, alimentos vegetales y carnes ecológicas. Tras varios años comiendo de esta manera, el declive de la inteligencia de Mary se ha ralentizado.
La Asociación de Víctimas de la Enfermedad de Alzheimer de EE.UU. se ha mostrado recientemente de acuerdo. Los investigadores han publicado los resultados de un estudio en el que han participado casi 10 mil personas, centrado en los alimentos procesados. Descubrieron que una cantidad excesiva de estos alimentos en la dieta aceleraba el ritmo de deterioro intelectual. Así, todo tipo de pizzas, pan blanco y dulces, así como los refrescos, son alimentos que podrían acercar una enfermedad muy insidiosa y aún incurable.