Bakú, 4 de agosto, AZERTAC
Las autoridades de varios países europeos han comenzado a hablar de restricciones para los turistas. Después de la pandemia de coronavirus el flujo de viajeros es tan grande que algunos lugares de atracción estaban sobrecargados, lo que puede conducir a su daño, AZERTAC informa con referencia a "tourprom" sitio web turístico.
Así, en Grecia a partir del 4 de septiembre está previsto introducir una cuota en el número de visitantes a la Acrópolis de Atenas. No se permitirá la entrada de más de 20 mil personas al día. Cada hora en el complejo museístico podrá entrar un número determinado de invitados. Al mismo tiempo no se limitará el tiempo de estancia en el antiguo templo, aunque el turista medio pasa unos 45 minutos en el territorio. Aunque el límite se introducirá en modo de prueba, en abril del año que viene la norma será obligatoria. Para entonces, el Ministerio de Cultura griego evaluará la eficacia y ajustará el sistema si es necesario.
"Obviamente, el turismo es importante para el país, para todos nosotros. Pero tenemos que asegurarnos de que no dañe el monumento", afirmó la ministra de Cultura, Lina Mendoni. También añadió que, con toda probabilidad, la misma práctica se aplicará más adelante a otras atracciones de Grecia.
A su vez, Italia también intenta proteger algunas atracciones de los visitantes. En Roma, después de que un turista se bañara en la Fontana de Trevi, el ayuntamiento sugirió cobrar una tasa por visitar el lugar o instalar torniquetes especiales. Dados los recientes incidentes de extranjeros que escribieron sus nombres en el Coliseo, es posible que también aquí se refuerce el control. Además, desde julio también es de pago la entrada al Panteón Romano.
En Francia, se pide a los viajeros que no visiten el famoso monasterio del Monte Saint-Michel en verano. Se aconseja a los visitantes que acudan en temporada baja para no saturar la isla. Cada año, la atracción recibe alrededor de 3 millones de turistas y un tercio de ellos - es en verano. Además de los daños a los edificios antiguos, los propios visitantes también sufren molestias, ya que no pueden contemplar tranquilamente el monumento histórico debido a la masificación.