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España: Sitio de los Dólmenes de Antequera

Bakú, 27 de julio, AZERTAC

El Sitio de los Dólmenes de Antequera es un conjunto formado por tres monumentos megalíticos: el Dolmen de Menga, el Dolmen de Viera y el Tholos de El Romeral, y dos monumentos naturales, la Peña de los Enamorados y el Torcal de Antequera. Construidos durante el Neolítico y la Edad del Bronce a partir de grandes bloques de piedra que forman cámaras y espacios con techos adintelados (Menga y Viera) o falsas cúpulas (El Romeral), y utilizados con fines rituales y funerarios, los megalitos antequeranos son ejemplos ampliamente reconocidos del megalitismo europeo. Las estructuras megalíticas se presentan bajo la apariencia del paisaje natural (enterradas bajo túmulos de tierra) y su orientación se basa en dos monumentos naturales: La Peña de los Enamorados y El Torcal. Son dos hitos visuales indiscutibles dentro de la finca.
Según el web sitio de la UNESCO, la escala colosal de los megalitos, caracterizada por el uso de grandes bloques de piedra que forman cámaras y espacios con techos adintelados (Menga y Viera) o falsas cúpulas (El Romeral), atestiguan la excepcional planificación arquitectónica de quienes los construyeron y crean formas arquitectónicas únicas. La íntima interacción de los monumentos megalíticos con la naturaleza, que se aprecia en el profundo pozo del interior de Menga y en la orientación de Menga y El Romeral hacia montes presumiblemente sagrados (La Peña de los Enamorados y El Torcal), pone de relieve la singularidad de este paisaje funerario y ritual prehistórico. Los tres sepulcros, con la singularidad de sus diseños y las diferencias técnicas y formales, reúnen dos grandes tradiciones arquitectónicas megalíticas ibéricas y una variedad de tipos arquitectónicos, una rica muestra de la extensa variedad dentro de la arquitectura funeraria megalítica europea.
El número, tamaño, peso y volumen de los bloques de piedra transportados y ensamblados en la cuenca de Antequera, con una tecnología rudimentaria, y las características arquitectónicas de los monumentos formados por estos tres megalitos, hacen de los Dólmenes de Antequera una de las obras de ingeniería y arquitectura más importantes de la Prehistoria europea y uno de los ejemplos más importantes y conocidos del Megalitismo europeo. Como tal, los dólmenes de Menga y Viera y el tholos de El Romeral representan definitivamente un ejemplo del genio creativo de la humanidad.
El Sitio de los Dólmenes de Antequera proporciona una visión excepcional de las prácticas funerarias y rituales de una sociedad prehistórica altamente organizada del Neolítico y la Edad del Bronce en la Península Ibérica. Los Dólmenes de Antequera materializan una extraordinaria concepción del paisaje megalítico, siendo exponentes de una original relación con los monumentos naturales a los que están intrínsecamente ligados. Diferenciándose de las orientaciones canónicas hacia la salida del sol, los monumentos megalíticos muestran orientaciones anómalas: Menga es el único dolmen de Europa continental que se orienta hacia una montaña antropomorfa como la Peña de los Enamorados; y el Tholos de El Romeral, orientado hacia la sierra de El Torcal, es uno de los pocos casos en toda la Península Ibérica en que la orientación es hacia la mitad occidental del cielo. Este conjunto de los tres monumentos megalíticos, junto con los dos monumentos naturales, representa una tradición cultural muy particular, hoy desaparecida.
El Sitio de los Dólmenes de Antequera es un destacado ejemplo de conjunto monumental megalítico, formado por los tres monumentos megalíticos (los dólmenes de Menga y Viera y el tholos de El Romeral), que ilustran una importante etapa de la historia de la humanidad en la que se construyeron los primeros grandes monumentos ceremoniales en Europa Occidental. Los tres tipos diferentes de arquitectura megalítica que se observan en este conjunto de dólmenes, representativos de las dos grandes tradiciones megalíticas ibéricas (la arquitectura adintelada en los casos de Menga y Viera y la arquitectura de falso techo de cúpula de El Romeral), y la singular relación entre los dólmenes y el paisaje circundante de Antequera (los tres monumentos megalíticos están enterrados bajo túmulos de tierra y dos megalitos están orientados hacia los monumentos naturales de La Peña de los Enamorados y El Torcal), refuerza la originalidad de este bien.
Los tres megalitos de Antequera conservan todos sus elementos constitutivos y siguen conservando su carácter unitario. Por lo tanto, tienen un tamaño adecuado para expresar su valor universal como ejemplos destacados de la arquitectura megalítica. Los tres monumentos se encuentran en buen estado y sus estructuras originales están casi totalmente intactas, tanto la estructura rocosa interior como los túmulos que los cubren. A lo largo del tiempo se han llevado a cabo una serie de intervenciones de conservación, consolidación y restauración que son reconocibles y que han sido precedidas o han coincidido con fases de investigación arqueológica y análisis técnicos cualificados. Sin embargo, el entorno periurbano industrial/comercial moderno en el que se encuentran los tres megalitos, alterado en las dos últimas décadas por el desarrollo urbano y de infraestructuras, pone en entredicho la integridad de la serie. En cuanto a los yacimientos naturales, han mantenido en gran medida esta condición en cuanto a la configuración geomorfológica y la singularidad de la flora y la fauna, sin experimentar transformaciones antrópicas considerables.
La serie de investigaciones realizadas son concluyentes y unánimes en cuanto a la adscripción de los monumentos a dicha época, la autenticidad de los materiales pétreos de las cámaras y la zona donde se encuentran los túmulos. La forma y el diseño de cada una de las tres tumbas han permanecido notablemente inalterados a pesar de las necesarias reparaciones del tejido y de algunas intervenciones de protección. Todos los componentes de la propiedad tienen un tremendo genius loci y sentido y espíritu de lugar. La autenticidad de todos y cada uno de los componentes de esta serie es incuestionable. Asimismo, se ha certificado la coexistencia en Antequera de las dos grandes tradiciones megalíticas de la Península Ibérica y de Europa Occidental: la tradición neolítica de estructuras adinteladas y la tradición calcolítica de falsas cámaras cupulares.
Tanto los monumentos megalíticos como los espacios naturales han sido catalogados y conservados con las correspondientes leyes de protección, patrimoniales o medioambientales, ya sean nacionales, regionales o locales, lo que les dota de las necesarias medidas de conservación institucional. Los dólmenes de Menga y Viera, y el tholos de El Romeral han sido declarados individualmente como Monumentos y son además una Zona Arqueológica que ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC). La Peña de Los Enamorados, considerada BIC por el Ministerio de Justicia debido a las pinturas rupestres que contiene, también está declarada Zona Arqueológica BIC. Por su parte, la cueva de El Toro (en El Torcal) está en proceso de obtener la condición de BIC de Zona Arqueológica. Por sus valores naturales, la Peña de los Enamorados también está clasificada como Sitio Singular, mientras que El Torcal ha sido declarado Reserva Natural (uno de los mayores niveles de protección que contempla la legislación ambiental regional) y Zona de Especial Protección, por lo que está incluido en la Red Natura 2000 de espacios naturales de Europa. Se trata de un espacio de titularidad mayoritariamente pública gestionado por la Agencia de Medio Ambiente y Agua, dependiente de la Junta de Andalucía. Como Reserva Natural incluida en la Red Andaluza de Espacios Naturales Protegidos (RENPA), cuenta con su propio Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN).
La protección legal también está garantizada para la zona de amortiguación, ya que a las condiciones urbanísticas se han añadido medidas derivadas de las propias leyes de patrimonio con el fin de proteger la zona. El Plan de Gestión del bien incluye intervenciones relativas a la conservación y puesta en valor de los monumentos megalíticos y su entorno, que se recogen en el Plan Director del Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera, junto con las medidas incluidas en el citado PORN de El Torcal. El proceso de gestión del patrimonio se circunscribe a tres zonas: el Conjunto Arqueológico, la Peña de los Enamorados y la zona de El Torcal. Todas ellas son de titularidad pública, a excepción de La Peña, que es de titularidad privada; no obstante, en virtud del régimen jurídico de las Zonas Arqueológicas declaradas Bienes de Interés Cultural, se pueden llevar a cabo actuaciones y medidas de gestión pública para su mantenimiento y puesta en valor. Se está elaborando un Plan Especial de Protección del Sitio de los Dólmenes de Antequera que marcará las pautas de las diferentes zonas que inciden en la integridad del bien.
Se ha constituido un Consejo de Coordinación del Sitio de los Dólmenes de Antequera, integrado por representantes de los administradores y propietarios de los diferentes sitios que lo componen, siendo el CADA (Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera) el organismo único responsable de la representación y seguimiento de la gestión del bien.

TURISMO 2022-07-27 16:40:00