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Las Médulas: espectacular parque cultural en el norte de España

Bakú, 24 de mayo, AZERTAC

Las Médulas es una zona minera romana situada en la comunidad autónoma de Castilla y León, en una zona montañosa del noroeste de España. En el siglo I d.C., las autoridades imperiales romanas comenzaron a explotar los yacimientos de oro de esta región, utilizando una técnica basada en la energía hidráulica. Tras dos siglos de explotación de los yacimientos, los romanos se retiraron, dejando un paisaje devastado. Como no hubo ninguna actividad industrial posterior, las dramáticas huellas de esta notable tecnología antigua son visibles en todas partes, en forma de escarpaduras en las laderas de las montañas y de vastas zonas de residuos, ahora utilizadas para la agricultura.
Según el web sitio de la UNESCO, el área inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial, la Zona Arqueológica de Las Médulas, abarca más de 2 mil hectáreas. Comprende las minas propiamente dichas y también amplias zonas cubiertas por los estériles resultantes del proceso. Hay presas que recogían las enormes cantidades de agua necesarias para el proceso de extracción y complejos canales por los que se conducía el agua a las minas.
Hay aldeas tanto de los habitantes indígenas como del personal administrativo y de apoyo imperial (incluidas las unidades del ejército), así como una gran calzada romana y un gran número de rutas menores, utilizadas durante las operaciones mineras. El proceso de explotación minera, conocido por Plinio como ruina montium, aprovechaba el inmenso poder de las grandes masas de agua. El agua de los manantiales, la lluvia y la nieve derretida se recogía en grandes depósitos, conectados a las minas por un sistema de canales de gravedad bien construidos a lo largo de grandes distancias. Estos canales se abrían en los estratos estériles, a muchos metros de profundidad, sobre las capas de conglomerado aurífero. Cuando se abrían las compuertas de las presas, enormes cantidades de agua fluían hacia los canales, que se cerraban en sus extremos. La presión así acumulada hizo que la roca explotara y fuera arrastrada por el agua, formando enormes extensiones de estériles de varios kilómetros de longitud. El proceso es muy evidente en el frente de trabajo del yacimiento principal de Las Médulas, donde las medias secciones de las galerías utilizadas en la última explotación destacan sobre la escarpada pared rocosa. Las capas del conglomerado aurífero se rompieron de la misma manera, pero el conglomerado friable se hizo pasar por canales de lavado, cayendo las partículas de oro pesadas al fondo de los canales. La parte no metálica escapaba a las capas de estériles. Los grandes cantos rodados resultantes de este proceso se retiraban a mano, como demuestran los ordenados montones esparcidos por el paisaje.
La cara operativa de este espectacular proceso minero se desplazó lentamente por el paisaje. El pozo principal de Las Médulas cubre más de 10 km2 y el frente de trabajo del pozo subsidiario de La Frisga tiene más de 600 m de diámetro. El sistema de canales y conductos de agua se extendía a lo largo de al menos 100 km. Las curvas de nivel se utilizaron con gran destreza para mantener pendientes uniformes a lo largo de grandes distancias con el fin de proporcionar una acumulación constante de agua cuando se abrieran las compuertas. Estos canales, de los que se han desbrozado tramos cortos, pueden verse en muchas partes del yacimiento. La prospección arqueológica realizada a lo largo de muchos años, tanto sobre el terreno como mediante la observación y la fotografía aéreas, ha permitido identificar una serie de asentamientos en la zona. Un grupo seleccionado ha sido parcialmente excavado y demuestra las diferencias esenciales entre el modo de vida de los indígenas y de las comunidades administrativas entrantes.
Las Médulas es una obra mayor del genio creativo humano en el campo de la minería, y en concreto de la tecnología de ruina montium, la aplicación de la energía hidráulica y los sistemas de extracción de oro a una escala, eficacia e importancia económica que fueron decisivos para el Imperio Romano en los dos primeros siglos de nuestra era.
Las Médulas es un ejemplo notable de la aplicación de las técnicas mineras romanas para la explotación de metales preciosos. Es excepcional que los trabajos posteriores, que han destruido en gran medida tales evidencias en otros lugares, fueran aquí limitados o inexistentes, por lo que esta propiedad es indiscutiblemente la mejor conservada y más representativa de todas las zonas mineras del mundo grecorromano en la época clásica.
Las explotaciones auríferas romanas de la zona de Las Médulas fueron las más extensas de la Antigüedad. Los espectaculares restos ilustran tanto la notable tecnología como la administración de esta finca imperial con todo lujo de detalles.
La zona de extracción de oro de Las Médulas es un ejemplo destacado de la innovadora tecnología romana, en la que todos los elementos del antiguo paisaje, tanto industriales como domésticos, han sobrevivido de forma excepcional.
Las Médulas cuenta con todos los elementos necesarios para expresar su Valor Universal Excepcional, ya que incluye las minas romanas, amplias zonas donde se depositaban los estériles resultantes del proceso, los canales hidráulicos utilizados en el proceso de ruina montium y asentamientos humanos relacionados con las labores mineras.
Las Médulas, debido a su ubicación en una zona rural, con pequeñas comunidades, no muestra efectos negativos del desarrollo.
La autenticidad de la propiedad es absoluta, ya que no se han realizado cambios en las instalaciones y depósitos romanos desde que dejaron de utilizarse a principios del siglo III d.C. El paisaje de esta zona se formó gracias a las extensas explotaciones mineras romanas. Posteriormente, fue poblado por pequeñas comunidades agrícolas. Este patrón perduró hasta hace relativamente poco tiempo, cuando la zona experimentó la deriva del campo a las ciudades que caracteriza a la mayor parte de Europa. Por tanto, ha conservado un paisaje orgánico que ha cambiado muy poco a lo largo de muchos siglos. Las instalaciones y los yacimientos romanos no han sido modificados desde que dejaron de utilizarse a principios del siglo III d.C.
La Zona Arqueológica de Las Médulas fue inscrita como Bien de Interés Cultural en 1998, lo que significa que este bien está protegido legalmente al más alto nivel; la zona fue ampliada en 2007, para incluir toda el área protegida del Patrimonio Mundial. Además, Las Médulas fueron declaradas Monumento Histórico en 1931 y Monumento Natural en 2002. Se encuentra bajo la responsabilidad de la Junta de Castilla y León, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural.
Cualquier intervención en este yacimiento, incluida la investigación arqueológica, requiere por tanto autorización administrativa previa, de acuerdo con las leyes vigentes de Patrimonio Cultural (Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de Castilla y León, Decreto 37/2007, de 19 de abril, por el que se aprueba el Reglamento de Protección del Patrimonio Cultural de Castilla y León y Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español). Todos los proyectos relativos a este yacimiento deben ser aprobados previamente por la Comisión de Patrimonio Cultural de Castilla y León.
Las Médulas es un Monumento Natural, por lo que también está sujeto a la legislación medioambiental vigente.
Los ayuntamientos de Borrenes, Carucedo y Puente de Domingo Flórez tienen una función de supervisión general respecto a las propiedades privadas que se encuentran en su territorio. Otras instituciones que trabajan en la zona son la Fundación Las Médulas, que colabora en la promoción del yacimiento (Centro de Visitantes), y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que lleva varios años dirigiendo un programa de investigación arqueológica y elaboró en 2001, por encargo de la Junta de Castilla y León, el primer Plan de Ordenación, Uso y Gestión de Las Médulas.
Las Médulas, además de su declaración como Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural, ha sido registrado como "Espacio Cultural" en 2010. Esta protección se basa en la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León y se aplica a aquellos bienes ya declarados Bien de Interés Cultural que, por sus especiales valores naturales y culturales, solicitan una atención preferente en su gestión y promoción. Esta declaración de "Bien de Interés Cultural" tiene como objetivo la promoción de los valores culturales y naturales del lugar y el fomento de todas las actividades conducentes al desarrollo sostenible de la zona. Su superficie es mayor que la protegida por la Convención del Patrimonio Mundial, ya que incluye el valle que rodea el sitio y toda la red de canales, con el objetivo de controlar los posibles efectos visuales negativos sobre Las Médulas.
Para la adecuada gestión de la "Zona Cultural" se ha elaborado un Plan, con la participación de las comunidades locales, el equipo de investigación arqueológica y el asesoramiento de expertos, para fijar las normas referentes a la protección, conservación, promoción e investigación, no sólo de la Zona Arqueológica, sino también del bien Patrimonio Mundial. Se trata de una hoja de ruta que establece todos los principios y características que las administraciones públicas -a nivel nacional, regional y local- deben tener en cuenta, para adecuar sus políticas a la conservación del Valor Universal Excepcional del yacimiento, que debe prevalecer sobre otras consideraciones. Incluye un diagnóstico del estado de conservación del sitio, de sus bienes culturales (yacimientos arqueológicos, arquitectura vernácula, etc.) y de los naturales; y todos los criterios para gestionar el bien del Patrimonio Mundial (delimitación de la zona protegida; investigación arqueológica; visitas, accesibilidad y transporte; principios para la planificación urbanística; creación de un órgano de gestión que incluya a todas las administraciones públicas, expertos y asociaciones, etc.).

 

 

TURISMO 2022-05-24 17:49:00