Bakú, 25 de abril, AZERTAC

La reserva arquitectónica histórica - el Templo del Fuego - Ateshgah está situada en el centro de la península de Absheron en el asentamiento de Surakhani, según informa AZERTAC.

El templo está situado en un lugar donde desde la antigüedad hasta el siglo XIX rezumaba gas natural de la superficie siendo una razón del fenómeno de las llamas eternas. Las raíces históricas del templo se remontan a los siglos antiguos, cuando el zoroastrismo era una religión dominante. Sobre la construcción del primer templo de Ateshgah proclama el escrito de Mobed Mobedan en la "Kaaba de Zoroastr" (siglo III d.C.), que también informa que fundó templos sagrados en la región de Transcaucasia y asignó a los sacerdotes a servir allí. El geógrafo árabe Estakhri en el año 930 en su libro "Los caminos de los estados" mencionó que no lejos de Bakú, existían los asentamientos de los zoroastrianos. Pero con el tiempo, cuando el Islam se impuso como religión principal en Azerbaiyán, la población local desistió de visitar los templos del fuego, incluido el de Ateshgah, que posteriormente se deterioró.

Han pasado siglos, la Gran Ruta de la Seda y las conexiones comerciales de los siglos medievales que pasaban por Azerbaiyán conectaron de nuevo a los zoroastrianos con el santuario de Ateshgah después de un cambio de muchas generaciones. Los comerciantes que visitaban Azerbaiyán después de llegar a su tierra natal hablaban mucho del fenómeno único que habían visto: la aparición de llamas en el suelo. Así, desde los comienzos del siglo XVII apareció un flujo de peregrinos en Surakhani. Según el viajero alemán E. Kaempfer que visitó Azerbaiyán en 1683: desde mediados del siglo XVII los peregrinos comenzaron a reconstruir el templo de nuevo. A principios del siglo XIX el templo recibió la forma que se representa hoy en día sin ningún cambio. La planta del templo es un complejo de cinco esquinas con un portal de entrada rodeado de muros de tipo almenado.