En el marco de las Reuniones de Junio sobre Cambio Climático se celebraron consultas sobre la "Hoja de Ruta de Bakú a Belém"
Bonn, 19 de junio, AZERTAC
El 18 de junio se celebró una sesión especial de consultas sobre la "Hoja de ruta de Bakú a Belém", en el marco de la Reuniones de Junio sobre Cambio Climático de Bonn.
En su intervención en la sesión, Mukhtar Babayev, presidente de la COP29, destacó que un mayor apoyo a los países en desarrollo allanaría el camino hacia mayores ambiciones en sus actividades. Señaló que, si bien ya se han movilizado cientos de miles de millones de dólares en el marco de la ONU, la magnitud y la urgencia del problema exigían medidas más decisivas.
Al destacar el Objetivo Financiero de Bakú como uno de los acuerdos más importantes alcanzados bajo la presidencia azerbaiyana de la COP29, Mukhtar Babayev enfatizó que este nuevo objetivo financiero para la segunda década tras el Acuerdo de París triplica los compromisos previos. Su objetivo es movilizar al menos 300 000 millones de dólares anuales en recursos financieros para los países en desarrollo para 2035. Este es el mayor compromiso financiero jamás realizado en el sistema de las Naciones Unidas en el ámbito del clima.
Tras señalar con pesar la escasa participación de los bancos multilaterales de desarrollo en este proceso, Mukhtar Babayev afirmó que las partes tenían mayores expectativas en este asunto y pidió a las partes interesadas que adoptaran medidas urgentes para abordar las preocupaciones que habían surgido.
Se indicó que, en el contexto de la COP29, es necesaria una cooperación más estrecha tanto con las instituciones que responden a la crisis climática como con el sector privado. Es necesario establecer expectativas claras para fortalecer el papel del sector privado en la construcción de una economía sostenible para el futuro.
"Invitamos a todas las partes a participar activamente en las consultas sobre la "Hoja de Ruta de Bakú a Belém", declaró M. Babayev, señalando que la financiación concesional y basada en compromisos debe ser la base del sistema de financiación climática. Si bien valoró enormemente el compromiso de los donantes con sus obligaciones en virtud del Acuerdo de París, mencionó que ha llegado el momento de cumplir las promesas realizadas: "Nos preguntamos: ¿dónde está la financiación prometida para la adaptación? ¿Dónde están los 300 000 millones anuales prometidos hasta 2035?"
M. Babayev señaló que los representantes de la COP29 también plantearán estas cuestiones en la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, que se celebrará próximamente en Sevilla, España.
Tras señalar que una nueva era en la financiación climática ha comenzado con el Objetivo Financiero de Bakú, el presidente de la COP29 afirmó que esta era debe construirse sobre acciones concretas, no sobre grandes ambiciones. M. Babayev hizo un llamamiento a todos a sumarse a la Hoja de Ruta.
El presidente de la COP30, André Aranha Corrêa do Lago, destacó la importancia de que todos los gobiernos participen en los debates sobre el financiamiento climático y subrayó la importancia de establecer una plataforma dedicada dentro de la COP30 que interactúe activamente con los actores clave, incluidas las instituciones multilaterales de desarrollo.
Tras destacar que la Hoja de Ruta se está preparando en varias direcciones paralelas, el presidente de la COP30 señaló que se escucharon las opiniones y propuestas de diversas partes en este proceso. Añadió que el objetivo es preparar una Hoja de Ruta realista y orientada a resultados que refleje los compromisos derivados de la decisión de Bakú, la cual se presentará a finales de octubre.
Simon Steele, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, destacó la importancia de que los países en desarrollo y desarrollados colaboren de forma conjunta y coordinada en la acción climática, incluyendo a Azerbaiyán y Brasil. Afirmó que los países en desarrollo necesitan un apoyo financiero real y creíble de 1,3 billones de dólares anuales para 2035. Las formas de acción pueden variar, pero las necesidades son comunes, razón por la cual esta acción es tan importante. Este es un punto de inflexión que puede movilizar las capacidades del sistema tanto a nivel político como institucional. Al mismo tiempo, todas las partes interesadas —el público, los políticos y las instituciones financieras— pueden contribuir a este proceso.
Al enfatizar la importancia de que los mecanismos financieros sean más accesibles, rápidos y eficaces para la protección y el desarrollo de los recursos hídricos a nivel mundial, el secretario ejecutivo afirmó que, en este sentido, se necesitan modelos pragmáticos de finanzas públicas y mecanismos de implementación más amplios. Estos incluyen el fortalecimiento de las estructuras de financiación climática, como el Fondo Verde para el Clima (GCF), el Fondo de Adaptación, el Fondo para Pérdidas y Daños, el establecimiento de mecanismos financieros especializados en el ámbito del agua y el apoyo institucional.
Tras afirmar que los desafíos políticos y económicos que se avecinan solo pueden superarse mediante un enfoque conjunto y coordinado, Steele afirmó que este proceso debe llevarse a cabo en un entorno transparente, basado en hechos, orientado a objetivos y a resultados. Destacó la importancia de tomar medidas que produzcan resultados reales en las áreas donde más se necesitan, con base en un apoyo e influencia reales, y valoró la oportunidad única de fortalecer la cooperación que se formó en Bakú.
Elmaddin Mehdiyev, director de la Agencia Internacional de Asistencia para el Desarrollo (AIDA), dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Azerbaiyán, y Luiz de Andrade de Filho, jefe del Departamento de Cambio Climático y Medio Ambiente de la Embajada de Brasil en Francia, informaron sobre el proceso de elaboración de la Hoja de Ruta. Se observó que, de las 116 propuestas recibidas hasta la fecha en el marco del proceso, 20 fueron presentadas por Partes y grupos de Partes, y 96 por diversas partes interesadas, entre ellas ONG, institutos de investigación, organizaciones intergubernamentales, instituciones financieras y empresariales, ciudades y el mundo académico. Esto demuestra claramente la intención de la mayoría de los participantes de colaborar e incrementar la financiación climática para los países en desarrollo hasta alcanzar al menos 1,3 billones de dólares anuales.
Tras los discursos, se debatió la Hoja de Ruta. Se presentaron propuestas en nombre de diversos grupos de países, así como a nivel nacional.
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