Bakú, 20 de mayo, AZERTAC

Las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando, el caos climático se acentúa y los fenómenos meteorológicos extremos y las catástrofes naturales se producen cada vez con mayor frecuencia. Sin embargo, no todos los países, regiones y comunidades son inmunes a los peligros naturales y sus impactos.
En la Asamblea General de la ONU, más de 500 delegados de todo el mundo debatieron la aplicación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030. Como señaló la ONU, la aplicación ha sido lenta. Se han ignorado muchas de las lecciones del pasado. El informe sobre las conclusiones y recomendaciones del examen de mitad de período del Marco de Sendai destacó que "el progreso se ha estancado" y en algunos casos incluso se ha producido un retroceso, informa AZERTAC según Noticias ONU.
"Ocho años después, debemos reconocer que el progreso en la implementación del programa no ha seguido el ritmo de los apremiantes desafíos de nuestros días", resaltó el presidente de la Asamblea General, Csaba Kőrösi. "Debemos replantearnos y reconstruir nuestros sistemas, nuestras estructuras. Debemos reconocer nuestra enorme responsabilidad en el cambio climático antropogénico. Debemos dejar de subestimar las repercusiones medioambientales y de otro tipo de nuestras acciones", añadió.
Entre las tendencias alarmantes, el número de personas afectadas por desastres naturales ha aumentado un 80% desde 2015. Además, informa la ONU, los desastres naturales siguen causando pérdidas económicas muy elevadas: una media de más de 330 mil millones de dólares al año entre 2015 y 2021. No ha habido un aumento proporcional de la financiación para la reducción del riesgo de desastres.
"Juntos, debemos modernizar la gobernanza y los sistemas financieros para garantizar la rendición de cuentas en la gestión de riesgos y aprovechar los recursos para proteger a las personas y el capital natural", subrayó la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, en la sesión inaugural.
El Marco de Sendai proporciona un marco global para reducir la muerte y la destrucción causadas por los desastres naturales. Fue adoptado por 187 Estados miembros de la ONU en Sendai, Japón, en la Tercera Conferencia Mundial sobre la Reducción del Riesgo de Desastres el 18 de marzo de 2015.
Establece siete objetivos: reducir significativamente las muertes por terremotos, inundaciones, huracanes y otros desastres naturales para 2030; reducir el número de personas afectadas; reducir las pérdidas económicas; reducir los daños a infraestructuras críticas; aumentar el número de países que han desarrollado planes adecuados de estrategias nacionales de reducción de riesgos para 2020; y aumentar la cooperación internacional para ayudar a los países en desarrollo a mitigar el impacto de los desastres naturales.
En una reunión celebrada el 18 de mayo, los Estados miembros de la ONU adoptaron una declaración política en la que se traza el camino a seguir en los próximos siete años para aumentar la resiliencia ante las catástrofes naturales. En la declaración, los países subrayaron la importancia de un enfoque preventivo para hacer frente a las catástrofes naturales.