Bakú, 13 de mayo, AZERTAC
Los principales líderes financieros del Grupo de los Siete se unieron el sábado en su apoyo a Ucrania y su determinación de aplicar sanciones contra Rusia por su agresión, pero no mencionaron abiertamente a China.
Los ministros de Finanzas y los jefes de los bancos centrales concluyeron tres días de conversaciones en Niigata, Japón, con una declaración conjunta en la que se comprometieron a controlar la inflación, ayudar a los países que tienen que hacer frente a deudas onerosas y reforzar los sistemas financieros, informa AZERTAC.
También se comprometieron a colaborar en la creación de cadenas de suministro más estables y diversificadas para desarrollar fuentes de energía limpias y "aumentar la resistencia económica a nivel mundial frente a diversas perturbaciones".
La declaración no incluía ninguna mención específica a China ni a la "coerción económica" en pos de objetivos políticos, como penalizar a las empresas de países cuyos gobiernos tomen medidas que enfaden a otro país.
Los comentarios de esta semana sobre este tipo de medidas por parte de China habían provocado airadas críticas de Pekín. Los funcionarios que asistieron a las conversaciones en esta ciudad portuaria se mostraron reacios a condenar abiertamente a China, dado el enorme interés que la mayoría de los países tienen en mantener buenas relaciones con esta potencia emergente y segunda economía mundial.
Las conversaciones de los líderes financieros sentaron las bases para una cumbre de líderes del G-7 en Hiroshima la próxima semana, a la que se espera que asista el presidente Joe Biden, a pesar de la crisis sobre el techo de la deuda estadounidense, que podría provocar un impago nacional si no se resuelve en las próximas semanas.
La devoción del G-7 por proteger lo que denomina un "orden internacional basado en normas" sólo recibió una mención de pasada.
Los líderes se comprometieron a trabajar juntos, tanto dentro del G-7 como con otros países, para "mejorar la resistencia económica mundial frente a diversas perturbaciones, mantenernos firmes para proteger nuestros valores compartidos y preservar la eficiencia económica defendiendo el sistema multilateral libre, justo y basado en normas".
Las economías del G-7 representan sólo una décima parte de la población mundial, pero cerca del 30% de la actividad económica, frente a la mitad de hace 40 años. Economías en desarrollo como China, India y Brasil han registrado enormes avances, lo que plantea interrogantes sobre la relevancia del G-7 y su papel en la dirección de una economía mundial cada vez más dependiente del crecimiento de las naciones menos ricas.