Bakú, 28 de junio, AZERTAC

"Una serie de declaraciones realizadas por el primer ministro armenio Nikol Pashinián en una conferencia de prensa en línea el 27 de junio de 2022 en relación con el proceso de normalización de las relaciones armenio-azerbaiyanas ponen en duda el deseo del país de lograr una paz sostenible en la región."

Según informa AZERTAC, un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán dice:

"El hecho de que el líder del país, que ha mantenido una parte de los territorios de Azerbaiyán bajo ocupación militar durante casi 30 años y ha llevado a cabo destrucciones en estos territorios, acuse a Azerbaiyán de llevar a cabo una política de bloqueo durante estos años no se ajusta a ningún marco legal y moral. Le recordamos al primer ministro Pashinián: a pesar de la política de ocupación de Armenia y de su enfoque de "destruir todo" durante décadas en el territorio de Azerbaiyán, Azerbaiyán ha sido partidario e iniciador de la normalización de las relaciones entre los dos estados después de la liberación de los territorios", dice la declaración.

Cabe señalar que en la fase posterior al conflicto fue el jefe del Estado azerbaiyano quien presentó una propuesta para firmar un tratado de paz basado en el estricto cumplimiento de los principios del derecho internacional. La parte azerbaiyana incluso presentó a la parte contraria los principios básicos en los que debería basarse el Tratado: "Si Azerbaiyán, como afirma Pashinián, quisiera la guerra, probablemente no habría necesidad de estos pasos. Si Azerbaiyán hubiera querido la guerra, no habría hecho grandes esfuerzos para reconstruir y rehabilitar los territorios destruidos por Armenia durante 30 años, y no habría realizado grandes obras.

La parte azerbaiyana no sólo está haciendo declaraciones en el sentido de delimitar las fronteras entre los dos países, abrir todas las comunicaciones en la región y firmar un futuro tratado de paz entre las partes, sino que también está aplicando estas declaraciones mediante sus propias acciones y pasos concretos. Durante muchos años ha sido la parte azerbaiyana la que ha declarado que el establecimiento de relaciones normales en la región y la apertura de todas las comunicaciones serían beneficiosas para Armenia. El hecho de que la parte armenia se haya dado cuenta por fin de ello y el primer ministro haya declarado que "la apertura de las comunicaciones es beneficiosa para Armenia" llama la atención como un nuevo enfoque de los dirigentes armenios. Al parecer, la aceptación de los hechos por parte de Armenia está tardando en llegar. Esperemos que Armenia no tarde mucho en darse cuenta de la eficacia del corredor de Zangazur, que ya es una realidad.

En cuanto a las declaraciones trilaterales, los compromisos asumidos por las partes en estos documentos y su aplicación son evidentes. Armenia, al enviar saboteadores al territorio de Azerbaiyán, al no retirar los grupos armados ilegales del territorio de Azerbaiyán, al retrasar el desbloqueo de las comunicaciones durante mucho tiempo, está violando descaradamente la aplicación de estas declaraciones. El primer ministro armenio, sin referirse a hechos concretos, afirmó que "la parte azerbaiyana boicoteó la reunión al menos una vez". Si se empieza a enumerar las reuniones propuestas hasta ahora con los mediadores internacionales en la fase posterior al conflicto e interrumpidas por Armenia con diversos pretextos, así como aplazadas debido a las provocaciones cometidas por la parte armenia con 1-2 horas de antelación, la lista sería muy larga. Si Armenia quiere realmente la paz, debería mostrar una voluntad política concreta y dar pasos concretos hacia la paz, en lugar de perder el tiempo reviviendo un formato cuya eficacia siempre ha sido escasa y cuyos participantes reconocen ahora abiertamente la imposibilidad de su funcionamiento.