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Invirtiendo en Armenia, los inversores no deben apoyar la economía militarista

Bakú, 13 de octubre, AZERTAC

Vusal Gasimli, Director Ejecutivo del Centro de Análisis de Reformas Económicas y Comunicación, hizo un llamamiento a las empresas que operan en Armenia y llevan a cabo actividades ilegales en las tierras ocupadas de Azerbaiyán.
Como se informó a AZERTAC en el Centro de Análisis de las Reformas Económicas y de la Comunicación, en su llamamieto Gasimli señaló que las inversiones realizadas en Armenia y los territorios ocupados sirven para continuar la ocupación del 20% del territorio de Azerbaiyán, las matanzas masivas de civiles y la destrucción de la infraestructura civil. "La financiación de la economía militarista de Armenia contradice la cultura empresarial y el derecho internacional. La elevada deuda externa, el déficit de la balanza de pagos y del balance consolidado, la calificación crediticia muy bajo y la desaceleración del crecimiento económico, así como las constantes luchas entre los inversores extranjeros y el Estado deberían enviar una señal a los empresarios que desean invertir en Armenia. Según las previsiones de la Agencia de Crédito Fitch, para finales de 2020 la economía de Armenia se reducirá hasta el 6,2 por ciento, así como la relación entre la deuda pública total y el PIB aumentará hasta el 63,9 por ciento y para finales de 2021 llegará al 65,6 por ciento", dijo Gasimli. Según él, la falta de participación en proyectos de transporte y logística debido a la falta de acceso directo al mar, la lejanía de los principales mercados y la política agresiva, así como las restricciones fronterizas, convirtieron a este país en un "callejón sin salida" para la inversión. "En los últimos seis años, el país ha atraído sólo 1.600 millones de dólares de los EE.UU. en inversión extranjera directa, la tasa más baja de la región. Todo procede del hecho de que en Armenia no hay suficiente eficiencia, recursos, activos estratégicos y personal especializado, que son necesarios para los inversores. En particular, el coeficiente de migración neta de -5,6, la despoblación, la disminución de la tasa de natalidad y el aumento de la edad media de la población han puesto a Armenia ante la crisis demográfica y la escasez de mano de obra. Es difícil para los inversores extranjeros vivir y trabajar en una Armenia monoétnica, que aplica una política racista y eleva el fascismo al nivel de ideología estatal", señaló.
El llamamiento de V. Gasimli dice que los asentamientos, la minería, la actividad económica en diversas esferas en los territorios, a los que pertenece la República de Azerbaiyán en el ámbito internacional (resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre el conflicto de Nagorno-Karabaj #822, 853, 874, 884), sin el consentimiento del Gobierno de Azerbaiyán, entrañan responsabilidad jurídica. Según él: "A pesar de la presión internacional, el uso por parte de Armenia de la central nuclear de Metsamor, la contaminación del río Araz, el uso del embalse de Sarsang como arma medioambiental y la destrucción de la naturaleza en los territorios ocupados son daños que el país agresor inflige abiertamente al medio ambiente. Por consiguiente, invertir en un país que plantea una amenaza ambiental significaría ignorar los desafíos internacionales en la lucha contra el cambio climático. Por eso instamos a todos los inversores a que piensen seriamente antes de invertir en Armenia".

ECONOMÍA 2020-10-13 18:27:00