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Puerto Rico se levanta contra su gobernador

Bakú, 25 de julio, AZERTAC

Nunca escribas una carta, y nunca destruyas ninguna". Han pasado 377 años desde que el autor de esa frase -el cardenal francés Richelieu, hombre fuerte de la corte de Luis XIII (y el malo de Los Tres Mosqueteros)- murió. Pero, por no seguir su consejo, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo -alias 'Ricky'- Rosselló ha sumido al territorio en su peor crisis política en décadas, y ya ha destruido su propia carrera política.
En 2019, la culpa no es de las cartas, sino de los mensajes de texto. Más específicamente, de los mensajes de la aplicación Telegram, que Rosselló usó para poner de vuelta y media a una serie de personalidades políticas tanto de Puerto Rico como de la diáspora de la isla en Estados Unidos y que sus colaboradores emplearon hasta para burlarse de los 3.000 muertos causados por el huracán María, que asoló la isla en 2017.
Y ahora los mensajes han sido divulgados por la agencia de noticias 'online' Centro Periodismo Investigativo, en lo que ha dado pie al 'chatgate' o 'rickygate': un compendio de 889 páginas de conversaciones 'online' entre Rosselló y sus colaboradores, en los que insulta generosamente y de la manera más soez posible a una amplia gama de políticos y personalidades de la isla, desde la alcaldesa de San Juan, que es la principal ciudad de Puerto Rico, hasta al cantante Ricky Martin.
El resultado ha sido una masiva movilización popular contra Rosselló, apoyada por, entre otros, el propio Martin, el autor del musical de Broadway Hamilton, Lin-Manuel Miranda, o la estrella del reguetón Bad Bunny. Por ahora, las protestas han hecho que el gobernador anuncie que no se va a presentar a la reelección, el año que viene. Pero eso no ha calmado las aguas. La oposición pide, lisa y llanamente, su dimisión.
No se trata sólo de los insultos. También está lo que parece una formidable trama de corrupción tejida a la sombra por Rosselló, que lidera el Partido Nuevo Progresista, la fuerza a la que han pertenecido 10 de los 13 últimos gobernadores de Puerto Rico, y cuyo rasgo definitorio es que la isla se convierta en un estado de EEUU y deje así su carácter de "estado libre asociado", que en la práctica la reduce a una condición 'cuasi' colonial, dado que no tiene representación en el Congreso de Washington y, por tanto, apenas tiene capacidad para influir en las políticas públicas del país.
La parte económica del escándalo arrancó cuando Julia Keleher, que hasta abril había sido secretaria de Educación de Puerto Rico, y Ángela Ávila-Marrero, que dirigía el sistema de Salud en la isla, fueron arrestadas el mes pasado, junto con tres contratistas de obras públicas y un empresario, y acusadas formalmente de entregar contratos públicos por valor de 15,5 millones de dólares (13,8 millones de euros) a empresas dirigidas por algunos de sus amigos que no estaban cualificados para llevar a cabo las tareas que les habían sido encomendadas.
Los arrestos no afectaron judicialmente a Rosselló. Pero sí políticamente, porque tanto Keleher como Ávila-Marrero son altos cargos de su Gobierno. Y, además, el escándalo le da la razón a Donald Trump, que bloqueó en parte las ayudas a la reconstrucción de la isla tras María, alegando que las autoridades puertorriqueñas son "incompetentes y corruptas".
Y entonces, tres semanas después, llegó el 'chatgate', que destruyó no ya la imagen de Rosselló como gestor público, sino su propia integridad como persona. Porque, en los cientos de conversaciones con sus compañeros y amigos, el gobernador demuestra un dominio formidable del arte del insulto rayando casi en lo sociopático.
Un ejemplo: Rosselló llama "puta" a la política puertorriqueña y ex portavoz del Ayuntamiento de Nueva York Melissa Mark-Viverito, y dice que "la gente debería apalearla" porque se opone a que el territorio se convierta en estado de EEUU. Y otro más: cuando la máxima autoridad fiscal de la isla, Christian Sobrino-Vega, le dice que está "babeando con la idea de pegarle un tiro" a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, Rosselló le contesta: "Me harías un gran favor".
En otros casos, el escándalo procede no de lo que dice Rosselló, sino de lo que expresan sus colaboradores, en especial Sobrino-Vega, que dice que Ricky Martin, que es homosexual, "es tan machista que sólo se folla a hombres porque las mujeres no cuentan". Y el chat más brutal: con respecto a los 3.000 muertos de María, el responsable de las finanzas de Puerto Rico le dice a su gobernador: "¿No tenemos cadáveres para dar de comer a los cuervos?" (cuervos es el nombre coloquial con el que Rosselló y su equipo se refieren a la oposición en los mensajes).

MUNDO 2019-07-25 18:45:00